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12 estrategias para enseñar el valor del esfuerzo a tus hijos
Enseñar a los niños desde pequeños a esforzarse es fundamental.
"Si él es muy listo... Sólo que es vago". ¿Cuántas veces hemos oído esto? Es una de las frases más típicas que dicen padres y maestros para explicar el fracaso escolar de algunos niños. Nos encontramos ante niños con buena comprensión, buena memoria, que solo con "leerlo un par de veces ya se acuerda de las cosas". Entonces nos preguntamos "¿Por qué suspende?" "Es que es vago" responden.
Si no queremos encontrarnos con un adolescente así, es importante enseñar a los niños desde pequeños el valor del esfuerzo.
El cerebro tiene plasticidad, que es más pronunciada en los primeros años. Por eso, es más fácil aprender idiomas o a tocar instrumentos si empezamos de pequeños.
Por otro lado, el cerebro tiende también a la comodidad, no le gusta esforzarse. Por eso, cuanto más nos acostumbremos a no hacer nada, menos vamos a querer hacer. Si no enseñamos a nuestros hijos a esforzarse por las cosas desde pequeños (les damos juguetes aunque se hayan portado mal, les dejamos jugar antes de estudiar...), acabaran aprendiendo que pueden obtener gratificaciones sin mover ni un dedo. Y la próxima vez. todavía harán menos.
Darle al niño todo lo que quiere y no darle responsabilidades no es más que una manera de sobreprotegerlo. Y eso no le va a ayudar a nada en la vida, sólo aprenderá a cargar con sus responsabilidades a los demás.
¿CÓMO FOMENTAR EL VALOR DEL ESFUERZO?
Antes que nada, tienes que darle a tu hijo motivos por los que esforzarse. Una meta, algo que quiera conseguir.
También es importante algo de exigencia por parte de los adultos . Con el tiempo, esa exigencia externa se convertirá en autoexigencia. Ponle tareas que pueda realizar y que no le cargen en exceso. Por ejemplo, estudiar 40 minutos todos los días, ayudar a poner la mesa, recoger su plato, ordenar su habitación, emparejar los calcetines... Lo ideal es empezar con tareas fáciles e ir aumentando el grado de dificultad según vaya creciendo y madurando. Con el tiempo irá consiguiendo metas más difíciles ¡y por sí mismos! Eso les subirá muchísimo la autoestima porque se sentirán útiles, capaces y seguros de sí mismos.
Por otro lado, enséñale que el fracaso no puede ser un impedimento para dejar de hacer algo, y mucho menos el miedo a fracasar. Para ello, los adultos tenemos que dar ejemplo y no rendirnos a la primera de cambio.
12 ESTRATEGIAS PARA ENSEÑAR A TUS HIJOS A ESFORZARSE
A continuación os dejamos con 12 consejos que te servirán para que tus hijos se acostumbren a esforzarse más en la vida, tanto en la académica como en lo personal.
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Darle desde pequeñitos responsabilidades adecuadas a su edad. Es importante que cada uno es responsable de sus cosas.
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Enseñarles a ser más independientes. Dejarles hacer primero las cosas por si mismos aunque se equivoquen. Dejarles un tiempo para que lo vuelvan a intentar y solo ayudarles cuando hayan fallado varias veces. Por ejemplo, a la hora de vestirse es importante que hagan cuanto puedan solos, y no terminar tú de vestirlos, solo intervenir en el caso de que se atasque, pero si el niño ya sabe hacerlo solo es conveniente que le dejéis a él primero.
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Que tomen sus propias decisiones desde pequeños. Que aprendan a equivocarse. No lo decidas todo por él, solo es una forma de sobreprotegerlo y hacerlo más dependiente de los padres, lo cual no le va a beneficiar nada en un futuro). Es más, alimentaréis su miedo a equivocarse y a la frustración.
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Aprovecha siempre que puedas para explicarles que detrás de un logro hay un esfuerzo, por lo que vale la pena esforzarse para conseguir tus metas.
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De la misma manera, recuérdales a menudo que muchas de las cosas que compramos se pueden reutilizar, que no son de usar y tirar.
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Acostúmbrales a que siempre que se comprometan a algo lo cumplan para que aprendan desde pequeños a responsabilizarse de sus actos.
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Motívales a compartir sus cosas y a ser generoso con los otros niños.
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Cuando se encuentre en una situación muy frustrante para ellos que sea difícil de cambiar enséñale a tomarse las cosas con humor.
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Tener paciencia con ellos y no ceder enseguida a sus caprichos, tampoco es bueno anticiparles premios porque se acostumbrarán a tenerlos sin esforzarse antes.
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Ponle unos objetivos que podamos controlar todos los días, por ejemplo el hacer las tareas antes de merendar o a no llegar tarde a clase.
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Motivarle a seguir una colección o un hobby que requiera una constancia (dibujar,leer, una colección de cromos...)
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Dar ejemplo. Es lo más importante para enseñar a los niños la importancia del esfuerzo. ¿Cómo? Intentar no dejar tareas a medio terminar delante de él, hacer las cosas deprisa y de cualquier manera para acabar antes, posponer tareas continuamente, poner excusas para librarnos de actividades.
Por último, esperar a la suerte, a que te toque la lotería, a que "pongan la única pregunta que me estudié en el examen"... Son respuestas pasivas y no implican esfuerzo. Las personas nos involucramos en tareas cuando hay una finalidad, cuando nos parece interesante, cuando podemos participar en su planificación y desarrollo, cuando nos sentimos cognitivamente y emocionalmente implicados, cuando nos vemos competentes... En fin, cuando podemos encontrarle un sentido.